
Me quise animar a hacer un zapatito aflamencado y esto es lo que me salió. Espero que le guste a su dueña (no sé si lo habrá visto ya), pero la verdad es que a mí no me dejó especialmente satisfecha, aunque todo en esta vida se mejora si se practica...yo seguiré intentándolo. A vosotras ¿qué os parece?
También me apetecía hacer algo diferente de lo que suelo hacer, y me animé a hacer un colgante sencillito pero coqueto, que ya he lucido esta mañana. Esta hecho con cordón marrón, y cuentas de colores con adorno de cadenita con piedras y remate de cuenta rosa, y lleva cierre de tono dorado envejecido.
Quería aprovechar para deciros que me encuentro bien, pero como a todos, a veces suceden cosas que no controlamos, y que te desvían de los momentos cargados de energía, y te llevan al lado oscuro (es broma). Bueno, pues eso, que os agradezco vuestros comentarios y ánimos, que siempre me llenáis de palabras bonitas (lo dejo ya que me pongo sentimentaloide).
Si os apetece, leed la historia que viene a continuación e intentad reflexionar sobre ella, porque lo que transmite nos ocurre casi todos los días:
"En una tierra en guerra había un rey que causaba espanto: a sus prisioneros no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros y una inmensa puerta de hierro,sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre...
En esa sala, les hacía formar un círculo y les decía:
-Ustedes pueden elegir entre morir a flechazos o pasar por aquella puerta...detrás de ella, YO LOS ESTARÉ ESPERANDO.
Todos elegían ser muertos por los arqueros...
Al terminar la guerra, un soldado que había servido al rey, le preguntó:
-Señor, ¿qué hay detrás de esa puerta?
El rey le contestó:
- Ve y mira tú mismo.
El soldado abrió temerosamente la puerta, y los rayos de sol empezaron a ilumniar el ambiente...Finalmente, sorprendido, descubrió que había un camino que conducía a la LIBERTAD!.
El soldado embelesado, miró a su Rey, quien le dijo:
- Yo les daba la oportunidad de hacer una ELECCIÓN, pero por temor preferían morir a arriesgarse a abrir esa puerta".
¿Cuántas puertas dejamos de abrir por miedo a arriesgarnos?
¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, sólo por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños?
Este cuento es de un autor anónimo, pero está sacado de un libro de Walter Dresel. Espero que lo hayáis disfrutado.